Me encanta leer la prensa los domingos. Te encuentras con noticias insólitas. Si no fuese porque existe esta festividad domínica seguramente no tendríamos titulares como estos:
El amor suele durar siete años. En principio no hubiese llamado mi atención demasiado. Hubiese pensado que se trata de otro “exhaustivo estudio de investigación” probado en gran parte de la población mundial… bla, bla, bla. Pero no. Esta afirmación sale de la boca de una diputada socialcristiana alemana,
Grabiele Pauli, que propone limitar el plazo del matrimonio para evitar el siempre arduo, complicado y problemático divorcio, y librarse de
“mantener una ficción cuando ya no existe el amor que suele durar unos siete años”. Desde luego no deja indiferente a nadie, y menos a sus dos rivales dentro de su propio partido con los que se disputa la presidencia del mismo:
Edmund Stoiber, acusado de espiar a Gabriele Pauli
"para ver si bebía mucho o llevaba una vida sexual promiscua". O
Günther Beckstein que recomienda a Pauli un
"tratamiento psiquiátrico" :-oNo sé si la intención de esta diputada es conseguir fama o rebelarse contra una institución como es el matrimonio, pero desde luego es una lástima perder un puesto destacado en la política alemana poniéndoselo tan fácil a dos pésimos rivales.
La que parece que entiende de forma distinta la rebeldía es
Ángela Merkel, que desoye las advertencias de China y recibe al Dalai Lama en Berlín. Ajena a las amonestaciones de Pekín, la canciller alemana acoge en su país al
Dalai Lama. Exiliado prácticamente del Tíbet desde la ocupación en 1951 de China.
Esta forma de entender las relaciones internacionales, los derechos humanos y la solución dialogada a los problemas ha sido atribuible por ahora solamente a esta mujer, Ángela Merkel, en Alemania. Una actitud que ya ha sido tildada como
“coraje inteligente”.
¿Cuestión de ser mujer o de carácter alemán?